Se mantiene el guión esquisito, la excelente interpretación y el tono irónico de una "Amelie" que vuelve a fascinar al espectador con su singular forma de actuar, natural pero ingeniosa. No puedo olvidar la fotografía y la producción, los colores son más vivos con Jeanet y todo parece enmarcado en un cuento de hadas. Genial sin duda el director.
Sin embargo, en este caso el drama profundiza algo más en las desgracias bélicas y alarga en exceso la historia con cientos de nombres que, quizás por ser franceses, confunden y lían demasiado en historias que carecen de interés. La película recobra lucidez cuando aparece ella...
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