jueves, 20 de diciembre de 2012

EL imperio de los sentidos (1976) - Nagisa Oshima


Junto con "El último tango en París", "El imperio de los sentidos" es probablemente la cinta más importante de la colección de dramas eróticos.
En su momento, a Nagisa Oshima le ofrecieron rodar una película sobre el sexo sin tabúes, sin frenos. Se lo pensó mucho, ya que en Japón había una clara prohibición de mostrar órganos sexuales en la pantalla, y teniendo en cuenta que no hacía muchos años atrás la censura deformaba personajes y diálogos ante la posibilidad de contrariedad a los Regímenes conservadores, el riesgo era enorme. Cuando finalmente se lanzó al rodaje, se encontró con su primer gran problema: ninguna actriz quería interpretar a Sada, ante la horrible posibilidad de perder por completo sus carreras. Incluso su propia esposa se ofreció para interpretar el papel, hasta que apareció Eiko Matsuda. Su estreno fue tan polémico como previsible: prohibida durante años en Japón, sólo se exhibía en salas especiales y la censura estuvo pendiente de ella durante todo el tiempo.
Dicho esto, y entendiendo el contexto en el que se hizo, cabe admitir que "El imperio de los sentidos" no es sólo una cinta valiente, sino una pequeña obra maestra.
La monotonía de su argumento sólo se justifica por la premisa tratada: Sada y su amante mantienen una constante relación sexual, llegando incluso hasta el umbral de la muerte... Personajes deformados por un insaciable apetito sexual y que acaban sucumbiendo a la más abismal de las locuras. La tragedia empieza desde el primer momento en que Sada se excita al ver a su amo hacer el amor con su mujer. El guión entiende de extremos: o es nulo, o aparecen diálogos y momentos brillantes. Casi una hora y cuarenta minutos de felaciones, fantasías sexuales y experimentos con el cuerpo pueden ser excesivos, pero repito, esto queda plenamente justificado en los últimos momentos del filme, que son sin duda los mejores. Su final es excelente (además de verídico).
Las interpretaciones de la pareja protagonista son notables, así como la ambientación de la cinta (puede parecer irónico, pero el vestuario que aparece en esta cinta, el de las geishas, es memorable). A su vez, buena musicalización.
Concluyendo, "El imperio de los sentidos" es una obra obligada en la Historia del Cine. No se puede entender el avance que ha experimentado este tipo de drama sin visionar primero la aquí presente y "El último tango en París". Bien dirigida, interpretada y con momentos tan potentes como aterradores (el final).


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