No es Bonnie & Clyde, es más gamberra, más innovadora, la respuesta a muchas de las películas que actualmente consumimos como si inventasen algo nuevo.
Es cierto que en su época, ese montaje, esos encuadres e incluso esos personajes debieron suponer una revolución e incluso una gran polémica cosa que, ahora sería impensable ya que "lo hemos visto todo". Pero, ¿qué pasa con el guión?, es increíble el sin fín de frases memorables que tiene, y ¿Belmondo y Seberg?, parece que a Jean-Luc Godard no le hizo falta el "Quimicefa" para que saltasen chispas con los protagonistas, no como ahora que, en vez de sangre encontramos horchata en las venas de algunos actores.
Tiene algún fallo de raccord, excusable por la forma que tiene de saltar en el tiempo sin tropezarse. Lo único que me ha hecho sufrir, ha sido el tabaco que tras cuatro meses sin fumar he estado hora y media fumando pasivamente "Lucky y Chester made in los 60". Belmondo actuando como Bogart, al que llama coloquialmente "Bogui" tras verlo un cartel es tronchante, y que decir de Seberg, es una de las mejores definición de musa de la historia del cine.
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