Polanski nos deleita con su particular estilo
cinematográfico, ése que lentamente te va metiendo en una historia
densa, interesante, claustrofóbica e intrigante, no apta para
consumidores de fast-films. Todo ello con su correspondiente dosis de
dura crítica a los gobernantes de hoy en día.
La elección de actores es de diez. Atentos al cameo de un irreconocible James Belushi.
Es verdad que para tratarse de un thriller la acción es más bien escasa, pero se compensa con creces con toda esa trama política en la que los más oscuros secretos van apareciendo poco a poco y en el momento adecuado hasta el sorprendente desenlace, marca de la casa Polanski.
Lo más destacable es el guión, con diálogos y personajes perfectamente dibujados.
La elección de actores es de diez. Atentos al cameo de un irreconocible James Belushi.
Es verdad que para tratarse de un thriller la acción es más bien escasa, pero se compensa con creces con toda esa trama política en la que los más oscuros secretos van apareciendo poco a poco y en el momento adecuado hasta el sorprendente desenlace, marca de la casa Polanski.
Lo más destacable es el guión, con diálogos y personajes perfectamente dibujados.
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