En la película “The Ring” podemos ver como la idea general es totalmente occidental. No
es casualidad que la versión americana copie prácticamente el guión y
escenas de la versión original japonesa y triunfe en las taquillas (tuvo
un gran éxito de público). La idea en la que una cinta de video
encontrada por una misteriosa casualidad, va a matar a quienes la
visionan después de una semana de haberla visto, es un fiel reflejo del
poder del audiovisual. El audiovisual para occidente y oriente es lo
mismo, un lenguaje tan aceptado y tan dentro de nuestra existencia que
no es difícil confundir la ficción audiovisual de lo tangible y real.
Los personajes de “The Ring” al igual que el espectador considera
creíble que el audiovisual puede perfectamente convertirse en real.
Pienso que la genialidad de la película es la evidencia que lo que puede
transformar nuestras vidas puede ser que sea lo que salga de una
televisión. Tenemos que pararnos a pensar en que si no existiese el
fenómeno audiovisual del último siglo hasta ahora, no tendría sentido
esta película, ni tampoco la manera de ser de sus personajes. Si
observamos detenidamente a los protagonistas, vemos seres humanos
perdidos en la vida real, tienen un hijo en común pero la película nos
muestra como para ellos es mas real lo virtual de un mensaje de video,
que su propia existencia. Son seres humanos condenados a vivir una vida
decadente donde no existe el amor (ni siquiera la madre tiene reparos en
dejar a su hijo solo en casa durante casi toda la película) y la única
manera de relacionarse mutuamente entre ellos es a cada paso que se
descubre o se interpreta el mensaje del video. Más que un alarde de
intriga del guión, pienso que “The Ring” nos muestra como nuestra
sociedad está dominada completamente por los mensajes publicitarios del
audiovisual. Todo es publicidad, todo es virtual. Se vive un futuro
plano e inmediato (¿que es una semana en la vida de una persona?),
sin expectativas reales y un presente que no existe. De hecho creo que
la película no repara mucho en la contemplación del presente, solo en el
futuro inmediato e indefinido. Y hablando del presente real, los
protagonistas viven atormentados por su futuro inmediato y no se
plantean la posibilidad, por ejemplo, de vivir intensamente y dudando de
un posible desenlace fatal. Me gusta siempre pensar en diferentes
finales porque ayuda a definir el concepto global de la película.
Como concesión a lo oriental, me gusta la escena de la playa en la que
todo transcurre con el mar de fondo. Las escenas en las películas de Akira Kurosawa con el mar de protagonistas son de una poética maravillosa. Me vienen a la mente la enorme “Kagemusa, la sombra del guerrero” y la conmovedora “El ángel ebrio”. En el cine de Kurosawa
a modo de ejemplo, recuerdo la escena en la que el protagonista de “El
Ángel Ebrio” sueña con la muerte y el mar. De la misma manera en “The Ring”,
el mar es sinónimo de esperanza, de paz, salvación. El asesino de la
niña en “The Ring” (el padre) busca en la playa esa paz interior, el
perdón, huir del sentimiento de culpa, de la misma manera que los
protagonistas, que mas que la resolución de la intriga del video, buscan
el sentido de sus propias vidas ya que aparecen reflejados como seres
atormentados y dominados por algo externo a ellos (el audiovisual).
Me gusta la idea que en “The Ring” sea una niña la que, dueña de
un poder paranormal, pueda controlar y decidir la vida de sus semejantes
a través de un simple video. Yo creo que en la vida real, los grandes
poderes del audiovisual, de las empresas, de la publicidad están
sustentados por personas aparentemente familiares y sencillas. ¿Acaso no
nos puede resultar familiar el rostro de Bin Laden? Es probable
que sea o fuese una persona familiar y cercana, alguien sencillo, o que
sencillamente no exista y sea un invento del propio medio. La mayoría de
la veces, como con la niña de “The Ring” que aparece con el
rostro cubierto por el pelo, no podemos identificar de donde viene el
mal o si es verdad lo que vemos o no.fuente: cineultramundo.blogspot.com.es

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