‘Ossessione’ narra la historia de un vividor (Gino
Costa) que un día, vagabundeando, logra encontrar trabajo en la casa del
dueño de un restaurante, en la que la esposa del mismo (Giovanna) vive
una vida que nunca soñó. Su marido la trata como una sirviente, y casi
como una esclava. Giovanna se enamorará de Gino, y se convertirán en
amantes, pero la presencia del marido es un obstáculo que tendrán que
sortear de cualquier forma si quieren permanecer juntos.
‘Ossessione’ permanece como una de las primeras
obras del Neorrealismo italiano, en el que directores como Roberto
Rossellini o Vittorio De Sica tuvieron mucho que decir. Aunque el inicio
de dicho movimiento fue inaugurado con ‘Roma, ciudad abierta’,
realizada en 1945, dos años después de ‘Ossessione’, en
el film de Visconti se encuentran prácticamente todas las
características del movimiento surgido por la inquietud de un sector
crítico, todos ellos escritores en la revista Cinema. Visconti, que fue
colaborador del gran Jean Renoir, viste todo el film con ese aire típico
del Neorrealismo. En las imágenes de ‘Ossessione’
vemos la decepción general de un país acabado por las consecuencias de
la Segunda Guerra Mundial, una realidad bien palpable, contextualizando
la historia en un entorno de depresión, reflejo de la vida tal cual era
en aquellos desoladores años.
Gino Costa ha servido en el ejército y su recompensa es ser un
vagabundo. Giovanna no tiene nada en la vida, sólo estar atada a alguien
por el que siente repugnancia, pero sin el que no puede subsistir. Por
eso cuando el amor, en forma de obsesión sexual, llama a su puerta, se
debate entre la seguridad económica o la emocional. Al lado de Gino el
futuro no es muy prometedor, y al lado de su marido todo es un infierno.
Gino es alguien que, poco a poco, va consumiéndose por ese amor fatal
(ingrediente imprescindible del buen cine negro, y que Garnett en su
versión lleva hasta las últimas consecuencias) que parece burlarse de
él. Otra obsesión, pero esta vez minando a alguien que no tiene malas
intenciones en ningún momento, pero que va cambiando progresivamente
hasta convertirse en alguien irreconocible, siendo capaz de echar de su
vida al más fiel de los amigos.
‘Ossessione’ es el retrato de dos perdedores, cuyo
amor afecta a todo el que les rodea, y como ese amor, pasional,
destructivo, obsesivo, le va haciendo perder la perspectiva hasta el
punto de cometer un asesinato, un acto horrendo que tendrá irreversibles
y desastrosas consecuencias. En un tiempo de guerra, el amor se
convierte en algo que no trae esperanza, sino muerte y destrucción.
Visconti lo narra todo con esa visión decadente que tienen todas sus
películas, sin miramientos, con sequedad. Personajes que terminan
aplastados por sus propias aspiraciones, sin poder escapar a un mundo en
el que no encajan, y en el que sus destinos ya han sido marcados desde
el inicio. Clara Calamai y Massimo Girotti componen dos personajes maravillosos, y su perfecta química traspasa la pantalla.
Visconti entraba por la puerta grande con ‘Ossessione’,
e iniciaba una carrera llena de películas inolvidables (‘Senso’, ‘Rocco
y sus hermanos ‘ o ‘El gatopardo’), aunque también obtendría un
discutible prestigio por films que no aguantan el paso del tiempo,
excedidos y manieristas (‘La caída de los dioses).
fuente: blogdecine.com

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