Buena película totalmente calcada a la de Frankerheimer, con simples modificaciones argumentales para aumentar el suspense y naturalmente, una realización mucho mas moderna y lograda. Un gran trabajo cuyo predecesor ya destacó, mas por su gran calidad argumental, que por sus medios.
Tres buenos actores se encargan de que también los espectadores quedemos hipnotizados y confundidos durante las más de dos horas de duración del filme: Washington, Streep y Schrieber saben arreglárselas, bajo la dirección del ya director de culto Johnathan Demme, para convencernos de que la política es un campo mucho más que oscuro.
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