David Fincher se aleja de los convencionalismos del thriller contemporáneo para realizar una película modélica que se nutre de todos los detalles sobre los asesinatos, para tejer un relato realista y sobrio, sin efectismos que manipulen emocionalmente al espectador.
El director descarta los lugares comunes del género, empezando porque la película se centra -más allá de los brutales asesinatos-, en el efecto que causa un asesino en la sociedad y sobre todo en sus perseguidores. Con datos que van desde 1969 hasta 1991, lo que distingue a "Zodíaco" es el "tempo" de la narración: reflexivo aunque sin renunciar a la acción, lento, pero sin perder la tensión, y profundo, aun a riesgo de adoptar por momentos un ritmo cansino, obsesivo a base de detalles, pruebas y vericuetos policiales y periodísticos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario