Alexander (Erland Josephson) es un actor de teatro retirado que se
dedica a la crítica literaria y a la docencia. Parece apesumbrado y
decepcionado con la humanidad, sin embargo adora a su hijo, que
temporalmente no puede hablar debido a una operación de amigdalitis.
En
en el día de su quincuagésimo cumpleaños recibe en su hermosa casa de
campo la visita de su amigo y médico Víctor (Sven Wollter) y de un
cartero mitad filósofo mitad esotérico llamado Otto (Allan Edwuall).
En la casa también se encuentran su mujer Adelaide (Susan Fleetwood), la hija de un primer matrimonio de esta Marta (Filippa Franzén) y dos criadas, una de ellas María (Gudrun Gisladottir) que es una especie de bruja buena según Otto. En medio de la reunión un jefe de estado anuncia en la televisión que se ha iniciado un conflicto bélico a nivel mundial.
En la casa también se encuentran su mujer Adelaide (Susan Fleetwood), la hija de un primer matrimonio de esta Marta (Filippa Franzén) y dos criadas, una de ellas María (Gudrun Gisladottir) que es una especie de bruja buena según Otto. En medio de la reunión un jefe de estado anuncia en la televisión que se ha iniciado un conflicto bélico a nivel mundial.
Es la obra más concentrada de Tarkovski, espacial y temporalmente. Una
verdadera pieza de cámara, en la que unos pocos personajes viven en un
único emplazamiento, y durante pocas horas, una experiencia extrema.
Para Tarkovski, el hombre se encaminaba a su propia destrucción,
habiendo disociado su crecimiento espiritual del material, mutilado de
su conexión natural con el universo.
Para muchos, ‘Sacrificio’ es la obra maestra del director, para otros,
un ejemplo de cine snob e insufrible. Para mí, es un poema que pretende
conectar con el alma del espectador y hablarle de tú a tú, proponerle un
diálogo con Dios, conminarle a la armonía con la propia alma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario