La mayoría de la obra cinematográfica de Federico Fellini es una
fantasiosa amalgama de recuerdos, imágenes o pensamientos que el propio
autor ha vivido o trazado desde su genial óptica humanista y poética.
En esta película usa una gran
carga sarcástica contra gran parte de la sociedad romana de la época,
siendo su esencial punto de mira la aristocracia y la gente del
espectáculo contemplada bajo la cínica mirada de un vividor periodista
del corazón representado por
Marcello Mastroianni. Fellini estructura la película de forma episódica atrapando con ingenio al espectador (a pesar de su extenso metraje) en un artificioso y bacanal viaje por la noche de la capital italiana acompañando a Marcello Rubini. |
Crea con ironía un retrato de diversos aspectos sociales como la
religión, el hedonismo, la familia, el sexo, la juventud, el amor o el
dinero desde una perspectiva crítica y un humor satírico-perverso
filmado con su habitual gusto por las escenas exuberantemente
bulliciosas con iconografías simbólicas en un conjunto de hondo
pesimismo existencial.
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