miércoles, 21 de marzo de 2012

El último escalón (1999) - David Koepp


Esta extraña y estimulante película de terror suburbial (género que el mismo David Koepp inventó en la magnífica "El efecto Dominó") demuestra al menos un par de cosas: a) que la sobrevalorada El sexto sentido daba (con astucia más que loable) gato por liebre, y b) que el cine fantástico sigue siendo un marco incomparable para tomar alegóricas fotografías de nuestros peores miedos y miserias. A priori, los miedos y miserias de Tom (excelente Kevin Bacon) no son interesantes: es tan sencillo y aburrido como cualquiera de nosotros. Es un hallazgo del guión de Koepp someterlo a una sesión de hipnosis -y, con él, al espectador- que no por azar transcurre en una sala de cine. En El último escalón, el cine es esa llave mágica que abre las puertas de nuestra conciencia adormecida, y detrás de esa conciencia no hay nada más que el terror infinito que se siente al ver la luz después del apagón: la verdad que nos asusta más que cualquier fantasma.En efecto, hay en esta película un fantasma que pide justicia, pero Koepp se resiste a darle cancha. Prefiere soltarnos una lluvia de signos sobrenaturales e inquietantes (el rojo semáforo, que remite a la gabardina color sangre de Amenaza en la sombra; una canción a medio tocar; un niño paseando, juguetón, por un cementerio), que danzarán alrededor de un individuo súbitamente iluminado por un don que lo convierte, como le ocurría al Johnny Smith de La Zona Muerta, en víctima y salvador, en loco y visionario. Es entonces cuando se revelan las verdaderas intenciones de Koepp: se trata de examinar, a través de los ojos paranoicos y cotidianos de un hombre en eterno conflicto con su propia mediocridad, el modo en que una comunidad cerrada intenta parecer decente. La pandilla de quiméricos inquilinos que arrasaba los supermercados de El efecto Dominó se ha mudado a Chicago y ha decidido silenciar los gritos de los espectros. Sin trampa ni cartón, Koepp da la palabra a quien se lo merece -al espectro, al hombre honesto- firmando la película de terror menos complaciente de los últimos meses.>>Para habitantes de casas adosadas con secretos tras las puertas.Lo mejor: la capacidad de Koepp para convertir lo anormal en normal, y viceversa.Lo peor: que la alargada sombra de "El sexto sentido" oscurezca sus innegables aciertos.

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